Los niños no son adultos en miniatura.

En un recién nacido, la cabeza es relativamente pesada y representa aproximadamente el 25% del peso total del cuerpo, mientras que en un adulto este porcentaje desciende al 6%. Por esta razón es importante transportar a los niños en la dirección opuesta a la marcha al menos hasta el decimoquinto mes de vida, ya que solo a partir de esa edad, la cabeza y el cuello pueden soportar mejor las fuerzas que se generan en caso de un impacto frontal. 

Viajar a contramarcha evita exponer al niño a riesgos potenciales e innecesarios de lesiones o posibles traumatismos en la cabeza y el cuello, ya que están correctamente apoyados y las fuerzas que se generan en caso de impacto frontal se extienden por un área más grande.                              

Por el contrario, si el niño viaja en la dirección a la marcha, y se produce un impacto frontal con el coche, la fuerza hará que la cabeza del bebé sea empujada hacia adelante y estirará excesivamente el cuello, provocando incluso algún tipo de lesión o traumatismo.

Por ello, Chicco recomienda que los bebés viajen a contramarcha durante los viajes en coche mayor tiempo posible. 

Siempre garantizar el contacto visual con el niño.

Sin embargo, para los padres, instalar el asiento en sentido contrario a la marcha puede generar aprensión, ya que durante el viaje no puede mantener el contacto visual con el niño.  
Chicco ofrece una gama de espejos que le permiten ver a su hijo constantemente, observándolo y tranquilizándolo si es necesario. 
Ya sean espejos retrovisores o espejos para el asiento trasero, estos accesorios pueden garantizar al padre o a la madre una vista perfecta y segura de su hijo, para poder controlar constantemente sus movimientos y estados de ánimo.

Así, durante los trayectos en coche, papás y bebés viajarán tranquilos.